EL VALOR DE LAS ROSALEDAS EN EL DISEÑO PAISAJISTA

LAS ROSAS Y SU IMPORTANCIA DENTRO DEL CONTEXTO DEL JARDÍN 

"En el jardín el arquitecto paisajista invita al reino vegetal a colaborar con él. Un jardín bello es presencia permanente de la naturaleza. Por la naturaleza reducida a proporción humana y puesta al servicio del hombre, es el más eficaz refugio contra la agresividad del mundo contemporáneo". Luis Barragán (1902-1988). 

Las rosaledas tienen un valor singular en el diseño paisajístico por su capacidad para combinar belleza ornamental, patrimonio cultural y sensorialidad. Son espacios que trascienden lo meramente decorativo y aportan identidad y carácter a jardines públicos y privados.

Desde el punto de vista estético, una rosaleda bien diseñada ofrece un espectáculo cambiante durante buena parte del año, con floraciones exuberantes, colores vibrantes y una gran riqueza de formas y texturas. Además, las rosas aportan un componente olfativo muy apreciado, convirtiendo estos jardines en auténticos recorridos sensoriales.

Las rosaledas también son símbolos de tradición y refinamiento. En muchas culturas representan elegancia, memoria histórica y romanticismo. Por eso, su inclusión en un parque o jardín transmite valores de prestigio y continuidad con el pasado, al tiempo que se pueden reinterpretar con un enfoque contemporáneo.

A nivel paisajístico, permiten organizar el espacio mediante composiciones geométricas o más libres, acompañadas de pérgolas, fuentes o bancos, generando rincones íntimos o grandes perspectivas según el objetivo del proyecto. Son especialmente efectivas para estructurar jardines formales o como núcleos de atracción en parques urbanos.

Claros ejemplos de históricos clásicos de horticultores, jardineros y paisajistas que diseñaron rosaledas son: André Le Nôtre (Francia, s. XVII), creador de los jardines de Versalles; Gertrude Jekyll (Reino Unido, s. XIX-XX), que consiguieron parterres florales con rosas como símbolo de prestigio. Rosaledas modernas, emblemáticas y urbanas de Jules Gravereaux (Francia), quien contrató al famoso arquitecto paisajista y horticultor Édouard André para para mejorar un jardín de 1600 rosas, es fundador de la famosa Roseraie de L'Haÿ-les-Roses en París; Jean-Claude Nicolas Forestier (Francia, s. XX), creador de la Roseraie du Parc de Bagatelle de París; Ramón Ortiz (España), Jardinero Mayor del Ayuntamiento de Madrid quien diseñó y construyó la Rosaleda Parque del Oeste en 1956, galardonada en 2006 por la World Federation of Rose Societies con el "Award of Garden Excellent", reconociéndola como una de las rosaledas "excepcionales de todo el mundo"a ejemplos contemporáneos que introducen en el diseño rosaledas silvestres y sostenibles como Piet Oudolf (Países Bajos), o Peter Beales (Reino Unido), que introduce rosas antiguas en sus diseños de jardines clásicos. 

Por último, las rosaledas contribuyen a la biodiversidad al atraer polinizadores y ofrecen un espacio educativo para la divulgación botánica. Su valor en el diseño paisajístico es, por tanto, tanto estético como cultural, ecológico y social.


Roberto Duato Veyrat
Paisajista
Valencia, julio 2025


Diseño Roberto Duato Veyrat 




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